En cuestión de dos semanas estará todo listo para que un
centenar de empleados pongan en marcha desde el primero de agosto el fondo
inmobiliario que constituyeron por partes iguales las multilatinas antioqueñas
Grupo Argos y Grupo Conconcreto, que será uno de los más grandes del país y
arranca con un portafolio de activos de 1,8 billones de pesos y más de 437 mil
metros cuadrados en operación en Colombia.
En
diálogo con este diario, Juan Luis Aristizábal Vélez, presidente de Conconcreto,
afirmó que “el negocio está avanzando, ya estamos en el proceso de constitución
de la sociedad operadora de los activos. También se está haciendo la
consolidación de los activos de ambas empresas y a partir del primero de agosto
se hará el traslado de los empleados de cada una de las empresas que pasan a la
nueva alianza, para que empiece a operar la nueva compañía”.
Aunque
todavía no se ha escogido el nombre definitivo para la nueva empresa, se espera
que esté listo en próximas semanas. Funcionará como una sociedad por acciones
simplificada (SAS) y los activos serán administrados en un patrimonio autónomo,
por partes iguales. Será presidida por Nicolás Jaramillo Restrepo, quien venía desempeñándose
como vicepresidente de Proyectos e Inversiones de Conconcreto.
“La
meta grande es lograr tener a la vuelta de tres años un fondo que contará con
activos por 2,6 billones de pesos (1.000 millones de dólares), poniendo el foco
en desarrollo de centros comerciales, oficinas, bodegas industriales y otras
pequeñas (mini-storage)
para almacenamiento logístico”, explicó José Alberto Vélez Cadavid, presidente de Grupo Argos.
El
fondo inmobiliario empieza operaciones con un aporte de Conconcreto de 405.000
metros cuadrados y un inventario de proyectos que totalizan 160 mil metros
cuadrados, valorado en cerca de 957 mil millones de pesos.
El
otro 50 por ciento de Grupo Argos se traduce en 32.000 metros cuadrados de
inmuebles en operación, 47.000 más de activos en desarrollo, unos predios en
Barranquilla y 365.000 millones de pesos en efectivo, que se irán desembolsando
a medida que lo requieran los proyectos.
Rentable gana-gana
El
negocio conjunto es una apuesta de largo plazo en que Conconcreto potenciará su
experiencia de más de un lustro en el negocio de inmuebles, así como
habilitación de minibodegas de alquiler, mediante su filial U-Storage.
Por
su parte, Grupo Argos complementa con dos aspectos definitivos: su fortaleza y
conocimiento financieros, lo que, por ejemplo, permitirá lograr tasas
favorables para el apalancamiento de los proyectos; y un recorrido
internacional por su presencia en mercados estratégicos de Estados Unidos,
Centroamérica y El Caribe.
De
hecho, el portafolio inicial comprende activos solo en Colombia, en 14
departamentos con desarrollos localizados, principalmente, en Bogotá, Medellín,
Cali, Barranquilla y Cartagena. Pero también hay atractivas posibilidades de
expandir sus fronteras en Centroamérica, El Caribe y urbes estadounidenses como
Atlanta o Houston.
Con reglas claras
Frente
a la inquietud de que Conconcreto sea el constructor de los proyectos que
desarrolle la nueva compañía, Aristizábal, ha dicho en varias oportunidades que
el acuerdo contempla que compita con otras firmas en las licitaciones para la
edificación de los respectivos proyectos.
En
el caso de Grupo Argos, también Vélez ha sido enfático en que el nuevo negocio
no se ve como una oportunidad para aumentar ventas de su filial cementera.
“Aquí
no hay ninguna intención de integración vertical, así como tampoco nos metimos
en el negocio de concesiones (con la adquisición del 49,8 por ciento de Odinsa)
para vender más cemento, ni en el negocio de energía (Celsia) porque la
producción de cemento requiere mucha electricidad”, aclaró el ejecutivo.
De
igual manera, Grupo Argos mantiene de manera independiente dentro de su
portafolio de inversión el negocio de desarrollo urbanístico con los predios en
Barranquilla y Barú, mediante su filial Situm.
Con
las reglas claras, ambas compañías profundizan sus estrategias de crecimiento
en el desarrollo de edificaciones; y lo hacen en un negocio inmobiliario de
rentas nacionales que dinamizarán, al convertirse en competencia directa de
otro gigante, Terranum, propiedad del Grupo Santo Domingo y varios fondos de
inversión.
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